En los años finales de la dictadura y los primeros de la democracia, el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Bizkaia asumió una doble tarea con respecto a los profesionales fueran o no colegiados. Por un lado, asumió en su estructura organizativa la realidad socioeconómica ya que, durante los años 60 y 70 de intensa industrialización del sector, se había producido una fuerte asalarización de los profesionales que se habían ido integrando progresivamente en las estructuras empresariales. Por otro, dadas las limitaciones de todo tipo que la ausencia de libertades producía, el colegio (los colegios profesionales en general) había ido progresivamente asumiendo funciones de información y asesoramiento laboral que, poco después, la legalización de los sindicatos democráticos, históricos o de nueva creación, harían innecesaria. Fruto de todo lo anterior fue la creación de la Comisión de Asalariados en el Colegio, la cual tuvo una presencia muy activa durante los últimos años 70 y primeros 80. Asumió estas funciones de información, asesoramiento, y organización de los colegiados asalariados, en solitario o en conjunción con comisiones similares de otras profesiones, como la de los Ingenieros Industriales, también muy activa. Editó una sencilla Hoja Informativa, que en ocasiones tenía carácter monográfico, como es el caso de este que presentamos, publicado en abril de 1979 y dedicado al Convenio de la Construcción.
La transición democrática y la Comisión de Asalariados del Colegio
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